13 may 2010

La crisis económica

fue causada en parte por las restricciones del comercio externo promovidas por el gobierno, la presión internacional, el bloqueo comercial de EEUU que incluyó el cierre de empresas y el desempleo de trabajadores peruanos. Pero sobretodo por la oposición desestabilizadora que recibió financiamiento de EEUU.

Como resultado se produjo una recesión económica, una inflación elevada, el crecimiento de la deuda y programas de austeridad promovidas por el mismo gobierno. Todo esto empeoró con la especulación de los alimentos y los desastres naturales: inundaciones y terremotos. Igualmente influyeron la caída de la producción de recursos exportables, la baja de precios mundiales de los minerales con el fin de la guerra de Vietnam.

En febrero de 1975, una huelga nacional de los policías permitió vandalismos, incendios y saqueos de oficinas, viviendas y negocios en Lima. El general Velasco había sido envenenado secretamente y ya sufría de muy mala salud, incluyendo una pierna amputada.

Ante el desgobierno y caos generalizado, los asesores de Velasco tomaron acciones desesperadas: comenzaron la persecución de la oposición. Aumentó la represión militar y policial, se cerraron medios de prensa, encarcelaron y deportaron periodistas y políticos, se expropiaron todos los diarios y se realizaron actos de violencia injustificados, resultando en el asesinato de inocentes peruanos.

Mientras la protestas populares aumentaban, el "chino" se iba quedando solo. Todos estos actos parecían en realidad creados para desprestigiar y debilitar el gobierno revolucionario, y dejar las puertas abiertas para el sector conservador del gobierno militar.

Mientras tanto, la extrema izquierda civil también protestaba en las calles. Una revuelta de la policía en Huanta, Ayacucho causó 20 muertos y los marxistas utilizaron el hecho como propaganda política.

Se especula que durante los últimos años del gobierno de Velasco, un sector de las Fuerzas Armadas de Perú promovió la idea de recuperar el departamento de Tarapacá, cedido a Chile en 1884, al final de la guerra del Pacifico. El país del sur enfrentaba una crisis económica al comienzo de la dictadura de Augusto Pinochet y la supremacía militar peruana era marcada. Este plan fue cancelado por la misma jerarquía militar peruana que ya planeaba un golpe militar contra Velasco.

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